jueves, 16 de junio de 2011

Albondigas de pollo con queso azul en salsa de tomate

Después de ver el título de esta receta yo creo que no es necesaria mucha mas presentación. Son unas albóndigas jugosas y que a los amantes del queso les van a encantar.
He probado a hacerlas tanto con pollo como con carne de ternera y creo que con pollo quedan mas ricas porque resalta aun mas el sabor del queso.


La foto es cortesía de mi hermana (fan nº 1 de esta receta) porque todas las veces que yo las he hecho, han volado sin oportunidad a fotografiarlas antes.

Ingredientes:
500 gr de carne de pollo picada
150 gr de queso azul
1 huevo
1 kg tomates
aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de azucar
harina
sal y pimienta
albahaca

Preparación:
Empezamos preparando la salsa de tomate porque es lo que mas tiempo lleva. Lavamos bien los tomates y les quitamos la rama y la unión de ésta con el tomate, Los cortamos en 4 partes y los echamos en una cazuela grande con un buen chorreton de AOVE, removemos bien los trozos para que todos se impregnen con el aciete y los dejamos cocinando a fuego medio, removiendo de vez en cuando durante unos 40 minutos, hasta que esten mkas o menos blanditos y deshechos.
Mientras tanto vamos preparando las albondigas. En un cuenco grande mezclamos la carne picada, el queso desmenuzado y el huevo batido, añadimos sal, pimienta y hierbas al gusto, yo he puesto albahaca porque combina muy bien con el sabor del tomate. Mezclamos bien todos los ingredientes hasta que esten todos perfectamente integrados y empezamos a formar las albondiguillas. Para dar la forma es un buen truco coger un vasito no muy grande, añadir harina dentro y echar con una cuchara la carne, entonces solo hay que tapar la boca del vaso y agitarlo un poco de arriba abajo y hacia los lados hasta que se forme una pelotita, siempre hay que echar de nuevo harina entre pelotita y pelotita porque sino la carne se pega a los lados del vaso. Cuando esten todaas hechas las metemos al frigorifico durante una media hora para que cojan consistencia.
Volvemos con la salsa de tomate. Cuando este casi hecho puré lo quitamos del fuego y lo pasamos por el pasapuré, de esta forma nos deshacemos de las pieles y las pepitas. Como habrá quedado un poco líquido lo ponemos a reducir a fuego suave, este es el momento en el que añadimos la cucharada de azucar para quitarle la acidez.
Una vez que tenemos la salsa reduciendo freimos las albondigas hasta que esten un poco doraditas y las vamos añadiendo a la salsa de tomate para que se impregnen bien de ella.
Tras unos 20 minutos, la salsa habrá reducido lo sufiente para que haya quedado espesita y las albondigas estarán bien jugosas, es el momento de servirlas y disfrutarlas.
Un acompañamiento perfecto sería un arroz blanco pero unas patatas fritas tampoco le quedan nada mal.

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